¿Qué es la cirugía de tiroides?
La cirugía de tiroides es un procedimiento médico destinado a tratar trastornos de la glándula tiroidea, como nódulos, cáncer y otras patologías. Este procedimiento se realiza para asegurar la salud y función óptima de la glándula.
- Cirugía de mínima invasión, reduciendo el tiempo de recuperación.
- Preservación de la glándula tiroidea cuando es posible.
- Tecnología avanzada para una precisión y seguridad mejoradas.
- Atención personalizada para cada paciente
Contamos con equipos de última generación que nos permiten realizar técnicas de mínima invasión, brindando una recuperación más rápida y menos dolorosa
- Evaluación Inicial: Consulta y estudios previos para evaluar la condición del paciente.
- Planificación de la Cirugía: Personalización del tratamiento de acuerdo con los resultados.
- Procedimiento Quirúrgico: Cirugía con técnicas de mínima invasión para garantizar un resultado óptimo.
- Recuperación y Seguimiento: Atención posterior para asegurar la correcta recuperación y función de la glándula.
La cirugía de tiroides se recomienda para personas que tienen nódulos grandes, bocio multinodular, hiperactividad tiroidea que no responde a otros tratamientos o diagnóstico de cáncer de tiroides. Cada caso es evaluado de manera individual para determinar si la cirugía es la mejor opción.
Generalmente, los pacientes pueden regresar a sus actividades cotidianas en una o dos semanas después de la cirugía. Los procedimientos de mínima invasión, como los que ofrecemos en nuestra clínica, suelen reducir el tiempo de recuperación y minimizar el dolor postoperatorio.
Como cualquier procedimiento quirúrgico, la cirugía de tiroides tiene algunos riesgos, aunque son poco comunes. Estos pueden incluir infecciones, problemas con la voz o el habla y niveles bajos de calcio. Sin embargo, nuestra técnica de mínima invasión ayuda a reducir estos riesgos considerablemente.
La cirugía de mínima invasión utiliza técnicas avanzadas y pequeñas incisiones que reducen el impacto en el cuerpo, el dolor y el tiempo de recuperación en comparación con una cirugía tradicional. Este enfoque permite preservar, cuando es posible, una mayor parte de la glándula tiroidea y su función.
El seguimiento postoperatorio es esencial para monitorizar la recuperación y ajustar cualquier tratamiento adicional si es necesario. Generalmente, las consultas de seguimiento incluyen análisis de sangre y estudios de imagen para asegurar que la glándula esté funcionando correctamente y no haya recurrencia de nódulos o problemas.
La cirugía puede afectar la función hormonal si se retira una gran parte o la totalidad de la glándula tiroidea. En esos casos, puede ser necesario tomar suplementos de hormonas tiroideas para reemplazar las funciones de la glándula. En procedimientos de mínima invasión, intentamos preservar la mayor cantidad de tejido tiroideo posible para reducir esta necesidad.
Muchos pacientes retoman sus actividades normales en una semana, aunque se recomienda evitar esfuerzos físicos intensos por dos a tres semanas. Durante su consulta de seguimiento, se le proporcionarán pautas específicas sobre cuándo y cómo retomar sus actividades habituales.
La ablación por radiofrecuencia es un procedimiento no quirúrgico que utiliza energía térmica para reducir nódulos sin necesidad de hacer grandes incisiones. A menudo es una opción ideal para nódulos benignos y pacientes que desean evitar la cirugía.