¿Qué es la ablación por radiofrecuencia?

La ablación por radiofrecuencia (ARF) es un procedimiento mínimamente invasivo que utiliza energía de radiofrecuencia para tratar el dolor crónico y ciertos tipos de tumores. Este método genera calor para destruir tejido anormal, proporcionando alivio del dolor y reduciendo el tamaño de los tumores. La ARF es precisa y eficaz, con aplicaciones en oncología y cardiología, aunque conlleva algunos riesgos que deben ser discutidos con un médico.

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La ablación por radiofrecuencia (ARF) es un procedimiento médico mínimamente invasivo utilizado para tratar diversas afecciones, principalmente relacionadas con el dolor crónico y ciertos tipos de tumores. Este método utiliza energía de radiofrecuencia para generar calor y destruir tejido anormal o dañado.

¿Cómo funciona la ablación por radiofrecuencia?

El procedimiento de ARF implica la inserción de una aguja fina en el área afectada, guiada por imágenes de ultrasonido, tomografía computarizada (TC) o fluoroscopia. Una vez que la aguja está en su lugar, se envía una corriente de radiofrecuencia a través de ella, lo que genera calor y destruye el tejido objetivo. Este proceso puede interrumpir las señales de dolor o eliminar células tumorales.

Aplicaciones de la ablación por radiofrecuencia

  1. Tratamiento del dolor crónico: La ARF es comúnmente utilizada para aliviar el dolor crónico en la espalda, cuello, y articulaciones, especialmente en casos de artritis y dolor de nervios.

  2. Oncología: Se utiliza para tratar tumores en el hígado, riñones, pulmones y otros órganos. La ARF puede ser una opción para pacientes que no son candidatos para cirugía tradicional.

  3. Arritmias cardíacas: En cardiología, la ARF se emplea para corregir ritmos cardíacos anormales al destruir pequeñas áreas del tejido cardíaco que causan arritmias.

Beneficios de la ablación por radiofrecuencia

  • Minimamente invasivo: La ARF se realiza a través de pequeñas incisiones, lo que reduce el tiempo de recuperación y el riesgo de complicaciones.

  • Precisión: La guía por imágenes permite una colocación precisa de la aguja, asegurando que solo el tejido objetivo sea tratado.

  • Eficacia: Muchos pacientes experimentan un alivio significativo del dolor o una reducción en el tamaño del tumor después del procedimiento.

Consideraciones y riesgos

Aunque la ARF es generalmente segura, como cualquier procedimiento médico, conlleva ciertos riesgos. Estos pueden incluir infección, sangrado, daño a tejidos circundantes y reacciones adversas a la anestesia. Es importante discutir estos riesgos con su médico y asegurarse de que la ARF sea la opción adecuada para su condición específica.

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